Lector: Soy un joven de veinte años como tantos. Pero mi destino es distinto al de los demás porque estoy convaleciente en una clínica y, además, con posibilidades económico financieras restringidas: mis padres son obreros. Me he dedicado al estudio de la literatura italiana, pero querría profundizar un poco más y estudiar a los poetas. He pedido ayuda a varios editores para que me mandasen libros usados, pero no he obtenido nada. Ahora me dirijo a usted para obtener ayuda. ¿Cuáles son los libros que debo estudiar?, ¿cuáles son los poetas cuyo estudio debo profundizar?, ¿Cuál es el mejor sistema para dichos estudios? Angelo Maffini.
Pasolini: Si tus deseos de aprender son auténticos y duraderos tú te encuentras tal vez en el momento más hermoso de la vida. Recuerdo cuando me tocó a mi. ¡Qué dias! Pasaba horas y más horas en el Portal de la Muerte, en Bolonia, donde se vendían libros usados, eligiendo, leyendo títulos, espiando páginas e índices. Tenía quince años y hasta entonces tan sólo había leído libros de aventuras (en Cremona. donde viví tres años); luego, inesperadamente, hallé El Idiota de Dostoievsky y luego a Tolstoi y, a continuación, las tragedias de Shakespeare. Sólo un año o dos más tarde descubrí la poesía contemporánea, gracias a un joven profesor del liceo, poeta él mismo, Mario Rinaldi. Y entonces leí Le Occasioni de Montale y el Sentimento del tempo de Ungaretti, que fue fueron la revelación número dos.
Me puse a leer como un desesperado a los poetas contemporáneos, que entonces eran los poetas herméticos, y de ellos llegué a los simbolistas, especialmente a Rimbaud. Y, naturalmente, continuaba leyendo con voracidad a los narradores del siglo XX: los rusos, los ingleses y los franceses.
Como observarás no hubo un "plan" de lecturas, las cosas surgieron por ellas mismas. Me imagino que tu tendrás mucho tiempo disponible en la clínica donde te encuentras, por lo tanto empieza a dejarte guiar por el azar. Utiliza quizá, como guía, la historia de la literatura italiana de De Sanctis, que es tan sugestiva, y también la más moderna de Spegno. Te recomendaría que empezases por los escritores contemporáneos, son más fáciles de comprender en su verdadero valor, en su verdadero cuadro histórico. Para los clásicos es necesario a menudo un difícil tirocinio filológico e historicista y frecuentemente ocurre que leyéndolos de esta manera, instintivamante, se incurre en equívocos deformadores. Después de haber aprendido a "leer" con tus contemporáneos, puedes enfrentarte con los clásicos con más experiencia y con más sensibilidad".
Revista Vie Nuove. Num 29, año XV, 16 de julio de 1960. Incluído en Pier Paolo Pasolini. La Bellas Banderas. Barcelona, España. Editorial Planeta. 1982.
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